Los informadores, entre ellos uno de Servimedia, se disponían a partir hacia Santiago a las once menos diez de la mañana, en el vuelo 8553 de Air Europa. Sin embargo, pocos minutos antes de la hora prevista para el embarque se anunció por megafonía un retraso de una hora.

Sin ningún tipo de explicación, los 53 pasajeros permanecieron a pie de mostrador mientras las azafatas de tierra asegurabn ignorar los motivos del retraso.

Casi dos horas después, a la una menos veinte de la tarde, los pasajeros embarcaron en el avión, un ATP turbo hélice, que despegó con total normalidad apenas media hora más tarde.

Tras una hora y cuarto de vuelo, y cuando todo indicaba el inminente aterrizaje en Santiago de Compostela, la comandante anunció el descenso, pero hacia Barajas, debido a "un problema", sin especificar cuál.

Al ser preguntada por uno de los pasajeros, una de las azafatas explicó qe el avión estaba "averiado" y requería un aterrizaje que no podía realizar en el aeropuerto de Santiago, por lo que había sido necesario regresar a Barajas.

Una vez en tierra, los pasajeros, asustados e indignados, fueron recibidos por una azafata de tierra de Air Europa que aseguró no tener ningún tipo de información, ya que estaba "de prácticas".

Solo después de recorrer salas, pasillos y más salas durante más de treinta minutos, un responsable de Air Europa explicó a los pasajeros que la comadante del vuelo "no había visto claro el aterrizaje en Santiago y prefirió regresar".

El personal de Air Europa ofreció a los pasajeros que lo desearan un vuelo de Iberia que despegaba a las cuatro y diez de la tarde hacia la capital gallega. No obstante, la compañía de bandera se excusaba poco después por no poder cumplir esta petición, puesto que su vuelo ya se había cerrado y, a pesar de llevar plazas vacías, los ordenadores estaban bloqueados y no emitían las tarjetas de embarque.

La siguient opción, un vuelo de Air Europa que despegaba a las cinco de la tarde, no convenció a buena parte del pasaje, que decidió acudir a los mostradores de la compañía para solicitar el reintegro del importe del billete y el libro de reclamaciones.

La sorpresa para estos pasajeros llegó cuando Air Europa les facilitó la carta oficial con la que podrían solicitar el reintegro. El escrito, con un sello de la compañía pero sin ningún tipo de firma, asegura que el vuelo "ha sido cancelado por causas meteorológias".

En el mostrador oficial de AENA en el aeropuerto de Barajas aseguraban a los pasajeros, no obstante, que el vuelo figuraba como "operado" sin ningún tipo de incidencia, y que todos los aparatos que habían partido de Madrid con destino a Santiago de Compostela habían llegado a su destino.

A pesar de las insistentes peticiones de ser atendidos por un responsable de Air Europa, ninguno de los pasajeros consiguió saber si su vuelo había sufrido durante el trayecto algún tipo de percance que le hbía obligado a regresar a Barajas, o si la compañía había dispuesto para ese destino un aparato inadecuado para las condiciones meteorológicas imperantes en la zona norte de España.

Ninguna de estas dos posibilidades fue confirmada ni desmentida por la compañía durante las más de cuatro horas que algunos pasajeros permanecieron ante el mostrador de Air Europa. A las seis de la tarde, la compañía seguía manteniendo que la comandante "no vió claro el aterrizaje", sin explicar el motivo.