Según informó hoy Greenpeace, el miembro de esta organización que será juzgado se encontraba en el entorno del río Agrio para examinar el alcance real del impacto del vertido de la multinacional, y el periodista estaba realizando su trabajo informativo cuando le fue arrebatada la cámara fotográfica.

Según la organización ecologista, la información que facilitó Greenpeace dio lugar a que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Junta de Andalucía llegaan a la conclusión, después de sus análisis, de que los lodos de la balsa eran altamente tóxicos.

Con motivo del juicio de mañana, el director ejecutivo de Greenpeace, Juan López de Uralde, calificó hoy de "indignante" que un miembro de esta organización vaya a ser juzgado por realizar un trabajo riguroso para determinar el alcance del vertido, que afectó gravemente a Doñana y su entorno, "mientras Boliden se ha ido dejando detrás la contaminación, un entorno degradado y el desempleo".