Pérez de Tudela ha anunciado a Servimedia qu volverá a escalar cuando se haya recuperado. "Me encuentro bien, seguiré haciendo montañismo, pero tendré que ir con cuidado y acondicionado a las situaciones de grandes esfuerzos", explicó.

En 1992, cuando dirigía una expedición de la Universidad Complutense de Madrid al Everest, ya sufrió un infarto que estuvo a punto de acabar con su vida, a pesar de lo cual ha seguido subiendo montañas.

PASION POR LA MONTAÑA

Estos dos sucesos no han conseguido sin embargo acabar con su pasión por las montaas y ha reiterado que está decidido a continuar escalando: "Tengo concertadas varias expediciones. Por ejemplo, en noviembre iremos al volcán Pinatubo (Filipinas), que, por suerte, es escalada y no es de gran altura".

Este volcán, uno de los más activos del mundo, entró en erupción hace algunos años y arrasó parte de la isla donde se encuentra situado.

El conocido alpinista aseguró que fue una gran sorpresa que le sobreviniese el infarto, ya que "he ido con cuidado por las alturas", después del ifarto que sufrió en el año 1992 cuando escalaba el Everest al frente de una expedición de la Universidad Complutense de Madrid.

A su juicio, este último infarto ha sido fruto de un error suyo, ya que, mientras escalaba el Gupal Kangri (6.000 metros de altura), se sometió a un tremendo sobreesfuerzo físico debido a varios factores: el clima, las placas de hielo, la responsabilidad de tirar hacia la cumbre de otros compañeros, la altura de la cima, etc. "Creo que si no se hubieran juntado todas estas coas, no me hubiera sobrevenido el infarto".

Hasta ahora se ha recuperado con facilidad de las situaciones de grandes esfuerzos, "porque practico mucho deporte, pero en actividades tan duras es fácil que te ocurran cosas así", concluyó.

INEXPLICABLE

Por su parte, el periodista y montañero que acompañaba en la expedición a César Pérez de Tudela, Vicente Martínez, explicó a Servimedia cómo transcurrió la evacuación desde que sufrió el infarto.

"Hasta que no estuvo en la cumbre no me dijo que s encontraba mal", indicó. "Le bajamos a hombros y le montamos en un caballo que había de otra expedición. Con él descendimos la montaña hasta la ciudad de Leh, desde donde conseguimos transportarle a Delhi y meterle en un avión. Fueron 48 horas muy duras e increíbles. Que una persona con un infarto resista dos días, no me lo puedo explicar".

La expedición al Gupal Kangri fue organizada por el Colegio de Abogados de Madrid. La zona de Ladakh, en el norte de la India, es una de las más aisladas del Himaaya, aunque Pérez de Tudela tuvo la suerte de que en la ciudad de Leh existe aeropuerto y que en esos días las condiciones climáticas permitían volar a los aviones hacia Delhi, algo nada frecuente.