De acuerdo con la marcha de la compañía, De Gaulle prevé terminar el año 1995 con un resultado técnico, es decir, el que resulta de la actividad puramente aseguradora, de unas pérdidas de entre 1.500 y 2.000 millones. El resultado final no diferiría apenas de este dato, según el propio De Gaulle.

Sin embargo, la cmpañía de origen franceés calcula que deberá provisionar una cantidad próxima a los 1.000 millones como conscuencia de las minusvalías inmobiliarias contables que la aplicación del nuevo plan de contabilidad francés genera en la matriz francesa, y que se trasladan en parte a la filial española.

Un impacto negativo en la cuenta de resultados que el presidente de AGF-Unión Fénix espera compensar mediante la generación de plusvalías por ventas de activos inmobiliarios.

La compañía aseguradora está imersa en una ampliación de capital que supondrá una inyección de fondos de 20.000 millones. Aunque De Gaulle ha manifestado que no existen previsiones fiables respecto al comportamiento de los inversores en bolsa, no espera que estos acudan en gran volumen.

Por tanto, la compañía matriz francesa tendrá que asumir buena parte de la emisión de acciones nuevas pùesto que tiene un compromiso con la Dirección General de Seguros de cubrir la parte que no sea colocada en bolsa.

Con esta operación, y la ulminación de la regulación de empleo que viene realizando, pendiente sólo de la autorización del plan de prejubilaciones por la Dirección General de Trabajo, De Gaulle da por terminada la fase de fusión y saneamiento de la compañía que controlara en su día Mario Conde.