"Parece mentira que una persona como Simancas, que aspira a gobernar esta región, desconozca aspectos tan fundamentales como que no hay ni un solo colegio concertado cuya titularidad sea de los Legionarios de Cristo. Todos son privados", explicó.

Tras afirmar que "no tengo absolutamente nada que ver con ellos ni les doy ningún dinero", explicó, refiriéndose a la petición de reprobación de Peral que defenderá mañana el PSN el pleno de la Cámara regional, que, "como no pueden hablar de que no se han construido colegios, ni se han aumentado las becas ni las retribuciones de los profesores, toda su labor se centra en la descalificación personal".

"Me parece que atacar a una persona por sus convicciones religiosas es una de las peores y más despreciables formas de intolerancia. Si creen que me voy a apartar del objeto de mejorar la educación y la calidad porque me coloquen etiquetas de ultraderechista pierden el tiempo", añadió.

Peral añadió que "he sido de centro toda mi vida y sólo he pertenecido a partidos que se calificaban a sí mismo de centro" y añadió que, "si me amedrentase por eso y dejase de hacer las reformas que tengo que hacer no estaría cumpliendo con mi obligación".

Afirmó que lleva en política desde que en 1979 fue elegido concejal del Ayuntamiento de Madrid y que "mi prioridad en esos 27 años ha sido casi en exclusiva tomar iniciativas para favorecer los sectores más desfavorecidos social y económicamente, en vivienda, servicios sociales, sanidad, realojo de población marginada o minorías étnicas".

Al PSM le espetó que "trabaje un poco más, estudie mi trayectoria y si encuentran alguna actuación mía a favor de sectores privilegiados que me lo digan".

Explicó que detrás de la reprobación hay "simplemente un intento de hacer daño al Gobierno de Esperanza Aguirre mediante la descalificación personal de uno de sus componentes".

El consejero de Educación afirmó que afronta la reprobación "con la más absoluta tranquilidad; sé que habrá descalificaciones personales y seguro que habrá compañeros de partido de Simancas que desaprueban estos métodos".

"Cuando alguien usa estos métodos con el adversario político puede acabar usándolos contra sus compañeros de partido", concluyó.