Esta iniciativa puede suponer un duro golpe al languideciente arte de la conversación, que encontraba en las peluqerías uno de sus últimos refugios, pero servirá para que directores de cine noveles velen sus primeras armas con una clientela fácil, agradecida e inmovilizada.

Las peluquerías que se han sumado a esta iniciativa comenzarán a emitir los cortometrajes de una compañía de medios de comunicación digitales llamada "i-vu" para finales de este año.

Michael Barnes, responsable de una de las peluquerías londinenses en que se ha puesto en marcha la experiencia piloto de este sistema de proyección de pelícuas, declaró que la reacción de los clientes ha sido buena. "No es que prefieran ver una película en lugar de hablar, sino que el largo tiempo que lleva la aplicación de tintes se hace más ameno", explicó.

Por su parte, el director del Fondo para el Nuevo Cine del Consejo Cinematográfico, Paul Trijbits, señaló que actualmente es muy difícil estrenar cortometrajes en salas comerciales, por lo que su exhibición en las peluquerías puede ser de gran ayuda para los cineastas noveles.