PEGAR A LOS NIÑOS NO LES INDUCE A LA DISCIPLINA, SINO A LA AGRESIVIDAD

MADRID
SERVIMEDIA

Cuando un padre pega a su hijo le predispone a ser agresivo, tanto en la infancia como más adelante. Además, no es el método más eficaz de disciplina. Las directrices de la Academia Americana de Pediatras(AAP) expuestas recientemente desaconsejan totalmente abofetear a los hijos.

Los jóvenes que reciben castigos corporales tienden a sufrir más problemas matrimoniales y a pegar más a sus propios hijos. Además, aprueban en mayor medida la violencia contra la propia pareja.

Pegar enseña a los niños que el comportamiento agresivo es una solución a los conflictos, asegura la AAP. Cuando el padre se muestra agresivo con sus hijos, "les da el mensaje de que una forma de resolver el enfado es a través dela vía física", asegura Mark Wolraich, responsable del comité de Salud Infantil y Familiar de la AAP.

"En el mejor de los casos, pegar sólo es efectivo en situaciones selectivas no frecuentes", afirma la academia. A medida que se recurre repetidamente a este recurso, resulta menos eficaz. La disciplina se vuelve más difícil cuando el castigo físico deja de ser una opción.

Otro tipo de castigos parecen ser mucho más eficaces si lo que se busca es la disciplina. Estos, defiende la academia, deben etar basados en comportamientos positivos que refuercen la relación entre padres e hijos. Entre los métodos alternativos, destaca privar a los niños de ciertos privilegios.

En cualquier caso, los padres nunca deben golpear a sus hijos con objetos ni en otro lugar que no sean las nalgas o las extremidades. Tampoco deben golpear con demasiada fuerza. Asimismo, la academia califica de "inaceptable" que se tire de los pelos o se sacuda tirando del brazo, informa la revista "Pediatrics".

Sólo en Estado Unidos, se calcula que el 90 por ciento de los padres pegan alguna vez a sus hijos. En 1996, más de la mitad de los niños de 13 y 14 años sufrieron castigos físicos ocho veces al año de media.

(SERVIMEDIA)
08 Abr 1998
E