En este sentido, advirtió que a pesar de todos los beneficios que reporta la lactancia materna tanto para el bebé como para la madre, esta práctica se ha visto mermada por la pandemia y ha afectado “drásticamente” a la salud, la nutrición y la subsistencia e, incluso, en las decisiones que toman las familias sobre la alimentación de sus hijos.

Las tasas de lactancia materna se reducen a nivel mundial por la falta de personas de apoyo, las normas de distanciamiento físico que provocaron que algunas familias tuvieran menos acceso a información, asesoramiento y menos facilidades para acceder a grupos de apoyo, así como la separación de las madres infectadas con covid-19 de sus bebés en algunos países.

La divulgación de los sucedáneos de la leche materna y su potencial influencia en las decisiones sobre la alimentación infantil es motivo de seguimiento. Por ello, el Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la AEP defiende el cumplimiento del Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en los centros sanitarios para que los padres reciban toda la información acerca de los beneficios de la lactancia materna.

BENEFICIOS

La lactancia materna protege al bebé contra enfermedades comunes, a corto y a largo plazo, y reduce el riesgo de la madre de padecer cáncer y otras dolencias. Al respecto, tanto la OMS como Unicef recomiendan el inicio temprano de la lactancia, durante la primera hora siguiente al nacimiento, mantener la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida y continuarla hasta los dos años.

La Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se celebra todos los años del 1 al 7 de agosto, es una campaña mundial coordinada por la OMS, Unicef y la Alianza Mundial para la Acción de Lactancia Materna (WABA, por sus siglas en inglés) con el objetivo de fomentar la lactancia materna y mejorar la salud de los bebés de todo el mundo.