En la rueda de prensa de presentación de la Fiesta del PCE, que celebra este año su 30ª edición, Alcaraz recalcó que "no nos gusta la actual Izquierda Unida", porque funciona como "un partido político clásico y pierde así su naturaleza originaria".

"Da la impresión de que no cabemos todos, es una organización jerarquizada e incluso personalista", agregó. "Hay que volver a la democracia participativa, a unirnos en el programa", agregó.

Insistió en que los distintos partidos que conforman el proyecto de IU tienen su nexo en un programa "rojo, verde y violeta", sin que lo 'verde pueda obtener un carácter casi exclusivo y preponderante", con lo que arremetía contra el papel de Iniciativa per Catalunya-Verds en el grupo parlamentario.

El presidente Ejecutivo del PCE avanzó que el PCE va a seguir luchando por el reconocimiento de la II República y la lucha por la III, porque "la democracia, o es republicana o es de bajo voltaje".

Alcaraz reclamó una posición clara ante la ley sobre memoria histórica, ya que la propuesta del Gobierno "no se puede acaptar bajo ningún punto de vista", y recordó que "no tenemos mayoría absoluta en nada más que en las víctimas del franquismo".

En ésta, y en otras cuestiones como la política económica "conservadora y neoliberal", IU debe dejar claro que "no somos una parte del proyecto del PSOE, que nuestro líder no es Zapatero, aunque a veces pueda parecerlo, y nuestro referente no es el Gobierno".

HACER POLÍTICA O SUICIDARSE

En este sentido, Frutos explicó que "queremos cambiar" Izquierda Unida, "cambiar su esencia, su contenido, su forma de actuar, para reforzarla y hacer que sea un referente de izquierdas para la gente de este país".

"Hay que hacer la política de los que quieren seguir haciendo política, no de los que se quieren suicidar", agregó. "Sin funcionamientos erráticos, no hay otra vía".

En su discurso de prensentación de la fiesta, Frutos resaltó que una de las prioridades de este año es reclamar una solución para Oriente Próximo que pase por el reconocimiento de un Estado palestino independiente, "sin ninguna interferencia ni armada ni política".

Propuso para ello una conferencia internacional que delimite la responsabilidad en una guerra cuyos "autores" son Israel y Estados Unidos y que tiene como "cómplices prácticamente a todos los países europeos", y emplazó al Ejecutivo socialista a que presione para que Europa asuma ese objetivo.

Hizo referencia también a la inmigración, y recalcó que "los países que más han contribuido a la pobreza de los países latinoamericanos y africanos deben contribuir a su desarrollo económico, social, santitario y educativo".

MORALES O REPSOL

Para ello, deben "devolver parte de la riqueza que les quitaron y garantizar a sus inmigrantes las mismas condiciones sociales, jurídicas y económicas que al resto de los trabajadores, por razones de justicia social".

Finalmente, Frutos expresó su solidaridad con el "amigo y compañero Fidel Castro, que se recupera totalmente", y también con los presidentes de Venezuela y Bolivia, Hugo Chávez y Evo Morales, "a quienes se está intentando acorralar en el terreno político y económico".

Esta situación se produce para intentar que "no sean la punta de lanza del levantamiento popular en América Latina, que se expresa de formas directas", opinó Frutos, quien resumió su postura en una premisa: "Entre Morales y Repsol, me quedo con Morales".