El documento político discutido en comisión durante toda la tarde, salió prácticamente consensuado a excepción de la parte que criticaba la gestión de Llamazares, al que los comunistas acusande hacer seguidismo del PSOE y de no actuar con un perfil político propio.

Al no contar con el acuerdo de todas las partes, el citado fragmento se desgajó del texto total y pasó a votación del pleno de la Asamblea en el que se produjo un empate a 288 votos y 36 abstenciones.

Como los "llamazaristas" no lograron la mayoría, la enmienda que pretendía la exclusión de las críticas del PCE no salió adelante, y el texto original de los comunistas quedó incorporado al documento político final.

El resultado de la votación fue un chasco para el PCE, que confiaba en una mayoría amplia, y una sorpresa para los "llamazaristas" que no contaban con poner en aprietos a sus adversarios. No obstante, en el momento de la votación faltaban 178 de los delegados acreditados a esta Asamblea.

El debate fue también enconado en la comisión de Estatutos. El plenario tuvo que pronunciarse incluso sobre si se aplazaba a una posterior Conferencia Política la redacción de los mismos, posibilidad que fue descartada por la mayoría de los delegados.

La enmienda de mayor calado fue una presentada por el PCE que abogaba por una dirección colegiada bajo la guía de un coordinador del Consejo Político, que sustituiría la figura del coordinador general y que también tendría menos atribuciones orgánicas.

Los comunistas no lograron sacar adelante su iniciativa, lo que en la práctica significa que la IX Asamblea de IU deberá elegir un coordinador general que sustituya a Gaspar Llamazares.

Además, el plenario de la Asamblea rechazó mayoritariamente dos enmiendas para convertir la Internacional en el himno oficial de IU, y otra para oficializar la celebración de un cónclave asambleario anualmente.