Además de ese impuesto de cinco euros diarios, las compañías deberían pagar 70 euros por cada coche que entra en Baleares, 50 euros cuando sale y otra cantidad en función de los kilómetros recorridos por el vehículo.

Esperanza Viola, portavoz de Feneval, dijo a Servimedia que "esto es una locura" y rechazó por "totalmente falsos" los argumentos del Gobierno de Jaume Matas, que señalan que en las islas sobran coches y que su presencia allí es una "tapadera" para la exportación.

Una decisión así "nos obligaría a no tener flota en Baleares", advirtió Viola, para quien la medida va dirigida a "penalizar a las grandes flotas", no a las pequeñas empresas de las islas. "Va contra la libre competencia", sentenció.

Las empresas de alquiler de vehículos agrupadas en Feneval amenazan con "luchar en todos los campos" contra la medida del Gobierno balear, ya que se trata de un "atropello feroz".