Los resultados de la campaña científica realizada por el Instituto Tecnológico de Investigación Marina del Gobierno Vasco el pasado mes de septiembre, recordó la ministra, indican que la biomasa estimada es mayor a la de 2004 y un 40% superior a la de 2003, lo cual asegura que el total admisible de capturas (TAC) aprobado no debería suponer un riesgo para la recuperación de la especie.

Este año van a continuar estas campañas de investigación, estando prevista la incorporación del nuevo buque oceanográfico "Emma Bardán", que ha entrado en funcionamiento este año.

La pesquería de la anchoa pasó por un momento crítico el pasado año, por lo que España solicitó de la Comisión Europea medidas de emergencia y se adoptó un reglamento mediante el cual se cerró la pesquería hasta finales del pasado año, concediendo ayudas a los buques afectados.

Para este año, según Espinosa, la propuesta inicial de la Comisión Europea era mantener el cierre de la pesquería hasta el mes de julio, fecha en la que se dispondrá de una nueva evaluación del CIEM (Consejo Internacional para la Exploración del Mar).

Además, de forma unilateral, la Comisión se reservaba establecer el nivel de TAC para los meses restantes del año, en función de los niveles de biomasa reproductora que se estimase. En el caso de que la biomasa se situara por debajo de 28.000 toneladas, la pesquería se mantendría cerrada durante todo el año 2006.

En el Consejo de Ministros Europeos del mes de diciembre, la Comisión Europea se mostró favorable al establecimiento de un TAC mínimo, entre 4.000 y 6.000 toneladas, por entender que éste no tendría un efecto negativo para el "stock" y, de existir anchoa, permitiría atender las necesidades de la flota en los primeros meses del año.

Según Espinosa, España negoció con la Comisión que la apertura se retrasara hasta el mes de marzo porque, en el caso de que el recurso se encontrara recuperado, la flota española de cerco podría beneficiarse, ya que de enero a marzo no pesca.