Fundada en enero de 1991, tras la moción de censura que retiró durante seis meses de la presidencia regional a su líder, la UPCA no celebró hasta ahora un congreso constituyente. Después del pacto, tras las elecciones del 91, entre el PP y Juan Hormaechea, el presidente cántabro disolvió la foración e integró a todos sus miembros en el Partido Popular.

La nueva ruptura de Juan Hormeachea con el PP en las elecciones generales de 1993 reactivó esta formación, "que nunca ha desaparecido", según su líder. Ahora, después de más de cuatro años y tras el descalabro electoral -15 diputados en 1991 frente a los siete de las últimas elecciones- y el apartamiento judicial de su 'alma mater' de la política activa, la UPCA se configura como un partido tradicional.

TENSION INTERNA

Pero esta nueva ndadura que hoy se inicia en el balneario de la localidad cántabra de Liérganes nace con enfrentamientos entre sus principales mentores. Destacados dirigentes de esta formación que participaron en la fundación de la Unión para el Progreso de Cantabria en 1991 no estarán entre los asistentes a la refundación.

Este es el caso de Dionisio García Cortazar, concejal por Santoña y ex consejero de Cultura y portavoz del grupo en el Parlamento cántabro, y José Martín Solaeta, ex consejero de Obras Públicas. Abos estuvieron en la reunión constituyente de la formación en enero de 1991 y han defendido las tesis de la UPCA en los últimos años.

Sin embargo, las discrepancias que mantienen con la actual dirección de UPCA, formada por los siete diputados electos y algunos alcaldes obtenidos en los últimos comicios, parecen insalvables y ya han anunciado que no acudirán al congreso de hoy, a pesar de ser miembros natos por tener acta de concejal.