El regidor, que en su testimonio citó fuentes de la investigación, admitió que no tiene muchas referencias de la sitación conyugal del parricida, porque la familia vivía en la localidad desde hacía menos de dos años, cuando se trasladaron a Laguna de Duero (15.000 habitantes) desde la capital vallisoletana.

Sin embargo, precisó que los primeros detalles facilitados por los vecinos de la familia y una carta manuscrita de la esposa asesinada, en la que ésta reprochaba a su marido la rigidez y excesiva disciplina con la que educaba a sus hijos y la falta de diálogo con ellos, avalan la deficiente relación de pareja. Viejo explicó que lo ocurrido ha dejado al pueblo sorprendido porque, "aunque continuamente se tienen referencias de que este tipo de cosas ocurren, nunca pensamos que van a pasar tan cerca".

El alcalde señaló que la familia del parricida no se identificaba con una "familia problemática" y precisó que los vecinos sólo han señalado que en el domicilio se producían "riñas familiares de vez en cuando, pero algo como muy corriente y normal".

De acuerdo con las declaraciones del alcalde, la pareja enía problemas conyugales desde hacía tiempo, pero no se había abierto ningún expediente en los servicios sociales de la localidad.

Además, explicó que ambos cónyuges trabajaban en sendos institutos de la provincia. El parricida es profesor de matemáticas en el Instituto Diego de Praves de Valladolid y su mujer era responsable de la Secretaría del Instituto de Tudela de Duero.