Desde que entraron en vigor las medidas de regulación del abastecimiento, el Ayuntamiento decidió emplear el agua extraída de los pozos para evitar la pérdida de las zonas verdes, regando con camiones cisterna.

Con la entrada en funcionamiento del nuevo sistema de riego, que ha supuesto una inversión de 125 millones de pesetas, la operación es automática y se garantiza el abastecimiento.

El concejal de Vivienda, Obras e Infraestruturas, Enrique Villoria, visitó hoy las nuevas instalaciones que, en su opinión, "encajan dentro de las concepciones con que se ha diseñado el parque, en el que el agua es uno de los elementos más significativos, que adquiere todo su esplendor en las grandes rías y lagos, así como en las modernas fuentes cibernéticas que se distribuyen por el parque".

Estas rías y lagos actúan de gran depósito regulador del agua aportada por los pozos, con lo que, según Villoria, se consigue no sólo un perfecto equilirio del agua sino también unas buenas condiciones de salubridad, limpieza y aireación.

"Al mismo tiempo", añadió el edil, "se logra también la automatización e independencia de la red de agua del Canal de Isabel II, salvo para el suministro de agua potable a fuentes públicas, servicios higiénicos, kioscos y auditorio".

En 1990 fue realizado un primer estudio hidrogeológico y geofísico en la zona con el fin de determinar las posibilidades de abstecer el parque de agua subterránea.

El informe eveló que existían zonas favorables, por lo que fue encargado un primer sondeo con una profundidad de 200 metros, del que se obtuvo un caudal de 8 litros por segundo.

A la vista de los resultados, fueron construidos otros tres pozos de 241, 252 y 255 metros, respectivamente, entubados y con filtros metálicos.

Los caudales aforados son de 20 y 25 litros por segundo, con una depresión de 120 metros, no apreciándose afecciones entre ellos. Los análisis de aguas mostraron que éstas tienen buena calidd para riegos.