Según Peña, las cifras de paro en agosto marcan una tendencia estructural de reducción del paro, que puede ayudar a superar los meses de septiembre, octubre y noviembre, tradicionalmente generadores de desempleo, con una pérdida inferior a la habitual.

"Pienso que el mercado de trabajo va a reaccionar mejor", dijo Peña, "y unos resultados buenos serían una pérdida que no superara los 35.000 empleos en el trimestre. Si lo conseguimos, el objetivo ambicioso de reducir el paro en 250.000 personas en 1995 lo podríamos alcanzar".

Frente al optimismo oficial, los sindicatos reaccionaron a las cifras de paro con escepticismo. Mientras CCOO insistía en pedir una rebaja de los tipos de interés para facilitar las inversiones, UGT advertía del componente estaional del dato de reducción del paro en agosto, además de reflejar una elevada rotación como consecuencia de la pérdida de cobertura que ha introducido la reforma laboral.

Por su parte, la CEOE destacó la "tendencia al enfriamiento que se está produciendo en los últimos meses en los ritmos de disminución del paro, y destacó que el descenso del paro en agosto ha sido el más bajo de los tres últimos años, lo que debe calificarse de preocupante en un contexto de supuesta recuperación económica".

Tamién Izquierda Unida valoró los datos de paro como una cifra que muestra la necesidad de fortalecer la economía productiva, potenciar el apoyo a los sectores en reestructuración y mejorar la recaudación tributaria.