Alude la declaración a la lapidación de Aisha Ibrahim Dhuhulow, ejecutada en la ciudad portuaria de Kismayo (Somalia) el pasado 27 de octubre, y el ataque con ácido sufrido esta semana por seis niñas en Afganistán, por el hecho de ser mujer e ir a la escuela.

La Cámara vasca expresa su convicción de que la violencia ejercida en sus diferentes formas supone un atentado contra la integridad física ymoral y un ataque a la dignidad humana; "en consecuencia, es una grave e intolerable violación de los derechos humanos".

Agrega que la violencia contra las mujeres, además de destruir vidas, condiciona la ciudadanía plena de las mujeres y supone la más clara expresión de un orden social basado en la desigualdad y en la inferioridad de las mujeres.

El Parlamento vasco enviará esta declaración a los gobiernos de Somalia y de Afganistán, y a las embajadas internacionales con delegación en estos países.