Según un informe de la Comisión de Transportes y Turismo que debatirá mañana el Parlamento de Estrasburgo, el sistema de control de los tacógrafos "es tan rígido y está tan poco orientado a la flexibilidad en este sector, que las fracciones no sólo están a la orden del día, sino que en cierto sentido son incluso inevitables".

A este respecto, el informe segura que las diferencias entre los controles de los tacógrafos que realizan los estados miembros pueden provocar una grave distorsión de la utilidad de los mismos.

El citado estudio, que será presentado por el parlamentario holandés Florus Wisjsenbeek, propone 31 enmiendas a la propuesta de la Comisión Europea que sugiere la sustitución de los tacógrafos por 'tarjetas inteligentes'.

Estas tarjetas serían introducidas en un dispositivo dentro del propio vehículo y dejarían constancia del tiempo e conducción y descanso de cada conductor.

Sin embargo, frente a este sistema, el Parlamento comunitario propone la implantación de 'ordenadores a bordo' de los distintos vehículos, que controlarían además del tiempo de conducción y descanso, el consumo de combustible y la planificación del trayecto.

No obstante, ante la imposibilidad de instalar este sistema informático a bordo de los vehículos antes del año 2005, el Parlamento Europeo pretende mejorar la iniciativa de la Comisión Europea de las'tarjetas inteligentes'.