Su aprobación definitiva permitirá a las personas con movilidad reducida viajar por todos los países europeos y disfrutar en ellos e las mismas ventajas que los discapacitados nacionales.

Actualmente, cada Estado miembro dispone de una tarjeta de estacionamiento diferente para discapacitados "con movilidad reducida". Cuando un discapacitado motorizado pasa la frontera, pierde inmediatamente sus derechos nacionales, sin adquirir ningún tipo de facilidades en el país de destino. Esta situación cambiará si el próximo pleno del Parlamento Europeo aprueba la resolución adoptada unánimemente por la Comisión.

"No se trata de una copleta armonización de la política de estacionamiento para minusválidos en la UE", declaró a esta agencia el eurodiputado británic Tom Megahy, responsable del informe. Discapacitado él mismo, defiende este sistema, que "dará a cualquier discapacitado comunitario los mismos derechos que tienen los discapacitados nacionales en cada país".

Es decir, si el propietario de una tarjeta de estacionamiento especial española viaja a Francia, tendrá los mismos derechos y obligaciones que un discapacitado de aquelpaís.

La posición original del Consejo de Ministros ya se modificó en primera lectura, incorporando las enmiendas del eurodiputado Megahy. El principal aspecto modificado establece que la tarjeta pertenece a una persona, no a un coche, por lo que el discapacitado podrá utilizarla esté donde esté y con cualquier vehículo. Esto aumenta la movilidad y flexibilidad para los usuarios.

El Parlamento también ha ampliado el grupo de personas potencialmente beneficiarias de esta tarjeta, que no tendrán qu ser "discapacitados con movilidad reducida". La actual propuesta está dirigida a todas las personas cuya discapacidad "pueda llegar a provocar" movilidad reducida.

Finalmente, cabe destacar que si un Estado miembro quiere emitir las tarjetas en otro idioma que no sea el oficial del territorio, puede hacerlo, siendo éstas bilingües. Es decir, los discapacitados con movilidad reducida españoles podrán, si lo desean, obtener su carta de estacionamiento también en catalán, gallego o vasco.

Aunque ese texto es sólo una recomendación, Megahy no ve ninguna razón por la que los estados miembros pudieran oponerse a su introducción.