La Eurocámara ha aprobado 42 enmiendas a la propuesta de directiva del Consejo, que persigue la meta de reducir en lo posible los desecho de vehículos y sus componentes. Además, los fabricantes y suministradores de materiales deberán disminuir el uso de sustancias peligrosas.

Los metales pesados que forman parte de los automóviles que estén en el mercado a partir del 2003 no podrán ser triturados, vertidos ni incinerados, sino que se reciclarán o se eliminarán de los nuevos coches.

A partir del 2000, la propuesta presentada prevé que los automóviles se transfieran a centros de tratamiento autorizados. La Comisión Europea pide tambén que los dueños de los vehículos que no sean reciclables puedan reclamar un reembolso al constructor por los gastos derivados de llevar un coche a una instalación de desguace autorizada.

La propuesta también marca objetivos a largo plazo, como que la tasa de reutilización/recuperación alcance el 85% del peso del automóvil para el 2005, entre otras obligaciones.