Según el texto de la proposición, el Parlamento reprueba la expulsión "como exponente de la intolerancia religiosa y de la injusticia civil de una época", además de deplorar también "la actitud de violencia física y hostilidad social contra los judíos en periodos posteriores".

Los parlamentarios reconocen el valor de la aportación cultural de los judíos catalanes en todos los ámbitos de la ciencia, la filosofía, la teología, el derecho y la lieratura. El texto indica que esta obra "forma parte de la historia de la cultura catalana".

La proposición no de ley insta al Gobierno autonómico para que transmita la reprobación formal de aquella expulsión a la comunidad de judíos de Cataluña.

El portavoz de Esquerra Republicana, Josep Lluís Carod-Rovira, destacó, durante la presentación de la proposición, que su objetivo es conseguir "una cultura de la tolerancia, donde la diferencia sea un valor universal y su pleno ejercicio un derecho democático".

Carod-Rovira pidió que "jamás ningún pueblo sea perseguido por este motivo, por ser un pueblo, y que nunca más el pluralismo y la diversidad estén condenados a vivir en la clandestinidad o en el exilio. Que ninguna persona se vea forzada a dejar su tierra por el hecho de no ser exactamente igual que su gente".