La cámara también rechazó, en una segunda votación, la reprobación de la política realizada por el consejero de ienestar Social, Antoni Comas, en concreto. En este debate votaron únicamente a favor el PSC e IC, mientras que ERC y el PP se abstuvieron y CiU se pronunció en contra.

La discusión de esta moción, por otra parte, generó la petición de un debate monográfico por parte de los cuatro grupos de la oposición para tratar la política social del Gobierno de Convergència i Unió, cuya coalición se mostró de acuerdo en la celebración del mismo.

El representante socialista, Xavier Soto, manifestó durante la resentación de la moción que ésta no iba dirigida contra una persona sino contra la gestión de un departamento y contra la política de Bienestar Social, de la que considera responsable a todo el Gobierno y, en primer lugar, a su presidente.

Soto justificó la moción a causa de la existencia de un clima constante de conflicto institucional, así como una mala gestión del departamento, sobre todo en relación al juego, y la confusión del trabajo del Gobierno catalán con el del partido. El diputado del PSC idió un cambio en la política de la consejería de Bienestar Social.

Por su parte, Antoni Farrés, de Iniciativa, acusó a la consejería de discriminar a los ayuntamientos y de hacer "política clientelar", mientras que Josep Curto, del PP, indicó que debía reprobarse la política de la Generalitat y no la de Bienestar Social.

Josep Lluís Carod Rovira, de Esquerra, argumentó que su grupo no quería entrar en las trifulcas de los dos partidos mayoritarios, y Francesc Codina, de CiU, defendió la políticadel departamento cuestionado. Según dijo, la actuación la marca todo un Gobierno y no una sola persona, y acusó a los socialistas de no tener un programa concreto en este sentido.