EL PAQUETE-BOMBA QUE HOY ESTALLO EN CIUDAD REAL IBA DIRIGIDO AL GUARDIA HERIDO EN LA FOZ DE LUMBIER

MADID/CIUDAD REAL
SERVIMEDIA

José Domínguez Piris, el sargento de la Guardia Civil al que iba dirigido el paquete-bomba que hoy estalló en Ciudad Real, es el miembro de la Benemérita que resultó herido en el paraje navarro de la Foz de Lumbier en junio de 1990, durante un enfrentamiento con miembros del "Comando Nafarroa" de ETA, según confirmaron a Servimedia fuentes policiales. En el mismo incidente falleció el guardia José Luis Hervás.

El sargento, que es comandante del puesto de Yesa, un mnicipio próximo a Lumbier, fue alcanzado por un disparo en la cadera, durante el tiroteo con los miembros de la banda terrorista ETA Juan María Lizarralde ("Heavi"), Susana Arregui y Germán Rubenach, cuando varios guardias civiles procedían a identificarlos.

Posteriormente, los cadáveres de Lizarralde y Arregui aparecieron con sendos tiros en la nuca, mientras que Rubenach presentaba un disparo en la mandíbula. Tras su detención, este último ratificó la primera versión dada por la policía, según la cul los etarras se suicidaron al sentirse acorralados.

Domínguez Piris estuvo ingresado en la Unidad de Vigilancia Intensiva de la Clínica Universitaria de Navarra, debido a la gravedad de sus heridas. El sargento tenía un impacto de bala en la cadera derecha y el proyectil quedó alojado detrás del sacro.

CAMPAÑA TERRORISTA

Sobre las 12 del mediodía de hoy, el guardia civil recibió un paquete-bomba, con forma de libro, en el domicilio que su familia tiene en Ciudad Real. El paquete fue abierto po su padre, P.D.A., miembro retirado de la Benemérita, y le estalló en la cara y las manos, provocándole heridas leves.

El artefacto tenía forma de libro, estaba envuelto en un sobre color caña y llevaba un matasello de la Escuela de Automovilismo de la Dirección General de la Guardia Civil.

El miércoles pasado, técnicos en desactivación de explosivos del Cuerpo Nacional de Policía hicieron estallar otro paquete-bomba dirigido a un funcionario de la cárcel de máxima de seguridad de Alcalá-Meco, deMadrid, en la que cumplen condena varios miembros de ETA.

Al igual que hoy, el explosivo estaba camuflado en un libro, pero no llegó a explotar porque lo detectó un control de seguridad rutinario.

La Secretaría de Estado para la Seguridad ha remitido una circular a las fuerzas y cuerpos policiales para que extremen las medidas de autoprotección en previsión de que ETA haya lanzado una nueva oleada de paquetes y cartas-bombas dirigidos contra sus integrantes.

(SERVIMEDIA)
12 Abr 1991
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