Así se recoge en el informe 'La calidad del aire en el Estado español durante 2021', elaborado por Ecologistas en Acción y presentado este lunes en una rueda de prensa en Madrid por Miguel Ángel Ceballos, coordinador del trabajo; Juan Bárcena, coordinador de calidad del aire de la ONG, y Carmen Duce coordinadora de transporte de la organización ecologista.

El trabajo se basa en datos oficiales de 793 estaciones de medición del control de la contaminación atmosférica repartidas por 132 zonas y aglomeraciones de toda España, entre ellas las de los principales aeropuertos y puertos. El Gobierno de Murcia y el Ayuntamiento de Gijón son las únicas administraciones consultadas que no aportaron información.

La calidad del aire en España mantuvo la mejora observada durante 2020 con una reducción notable de los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2), dióxido de azufre (SO2) y ozono troposférico (O3), y más matizada de los de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), en sus mínimos de la última década y seguramente también desde que existen mediciones, a comienzos de la década de 1990.

Sin embargo, el informe indica que, según los nuevos valores máximos de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el aire contaminado afectó el año pasado a la totalidad de la población española.

Si se tienen en cuenta los límites legales recogidos en la legislación europea y española -más laxos que los de la OMS-, un total de 5,4 millones de personas (un 11,3% de la población) respiraron el año pasado aire contaminado, lo que representa siete millones menos respecto a 2019 y la cifra más pequeña del último decenio.

Respecto a la protección de la vegetación, unos 122.000 kilómetros cuadrados (un 20,4% del territorio español) soportó unos niveles de polución que incumplen los estándares legales para proteger los cultivos agrícolas y los ecosistemas naturales.

Si se considera el objetivo a largo plazo para la protección de la vegetación establecido por la normativa de la UE, la superficie expuesta a niveles de contaminación que dañan la vegetación sube hasta unos 400.000 kilómetros cuadrados (el 80% del total).

CONTAMINANTES

En líneas generales, la calidad del aire mejoró sustancialmente el año pasado en España, con una reducción de un 57% en los niveles de O3 respecto al periodo entre 2012 y 2021, de un 25% en el NO2, de un 12% en las partículas en suspensión PM2,5 y de un 6% en las partículas PM10.

Uno de los principales motivos de ese descenso de la contaminación está en la reducción de la movilidad debido a la crisis sanitaria de la covid-19, con sus diferentes etapas de toque de queda y cierres perimetrales en las comunidades autónomas, contribuyó a que la contaminación del aire en España alcanzara los niveles más bajos de la última década.

Otros factores son, según Ceballos, el descenso del consumo de combustibles fósiles en el transporte (-9%) y de electricidad (-3%) respecto al año anterior, el cierre de centrales térmicas de carbón y el récord histórico de producción eléctrica renovable, que llegó a un 46,5%.

No en vano, la principal fuente de contaminación se debe al transporte terrestre, que concentra prácticamente la mitad de los óxidos de nitrógeno (NOx), pordeante de la industria y aportaciones crecientes de la agricultura ya la edificación, con otro 25%. La mayor parte de la polución atmosférica en las áreas urbanas -donde se concentra la mayor parte de la población- procede del tráfico motorizado, sobre todo impulsado con diésel.

El O3 fue el contaminante que presentó un año más una mayor extensión y afección a la población. No obstante, la frecuencia de las superaciones de los estándares legal y de la OMS resultó muy inferior a la de años precedentes, con un descenso del 57% y un 37%, respectivamente, en relación al promedio de las registradas en el periodo 2012-2019 en el conjunto de España.

Las partículas PM10 y PM2,5 y el NO2 en el aire afectaron la práctica totalidad de la población del país. Pese al desplome general del dióxido de nitrógeno en un 25% respecto al nivel medio entre 2012 y 2019, Madrid siguió incumpliendo los límites legales de este contaminante, al reflejarse así en la estación ubicada en la Plaza Elíptica.

SOLUCIONES

Para Ecologistas en Acción, la contaminación del aire debería abordarse como un problema de primer orden porque cada año se registran hasta 30.000 muertes prematuras en el España por afecciones derivadas de la polución, según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Para el Instituto de Salud Carlos III, 10.000 de ellas fallecen en episodios de alta contaminación.

Además, los costes sanitarios derivados de la contaminación atmosférica representan al menos 50.000 millones de dólares al año (un 3,5% del PIB español), según el Banco Mundial, sin considerar el coste de los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales.

Según Ecologistas en Acción, los planes de mejora de la calidad del aire son obligatorios según la legislación vigente, pero en muchos casos no existen y en otros son inefectivos por falta de voluntad política. Una decena de comunidades autónomas siguen incumpliendo su obligación de elaborar planes de lucha contra el ozono en las zonas donde se exceden los objetivos legales.

Esta organización apuntó que mejorar la calidad del aire urbano pasa por disminuir el tráfico motorizado potenciando el transporte público limpio, la bicicleta y el tránsito peatonal. También consideró necesario promover el ahorro energético, adoptar las mejores técnicas industriales disponibles, cerrar las centrales térmicas de carbón, penalizar el diésel, reducir el uso del avión y declarar un área de control de las emisiones del transporte marítimo en el Mediterráneo.