Según un informe económico que obra en poder de la jueza, esta operación es la única salida para la crítica situación financiera que arrastra el cementerio Bon Sosec, construido en la localidad de Marratxí y que soporta un pasivo superior a los 8.000 millones de pesetas.

Tras el visto bueno dado por la magistrada, que ha sido comunicado ya a las partes personadas en el proceso de suspensión de pagos, la firma del acuerdo entre los responsables de Bon Sosec y la empresa funeraria municpal de Palma es inminente.

El documento prescribe el alquiler de las instalaciones por 50 millones de pesetas mensuales, con una opción de compra por valor de 750 millones. Para el Ayuntamiento de Palma, la firma del acuerdo supone una solución al problema de la falta de enterramientos en la capital balear.

El precio de una tumba en el cementerio municipal palmesano asciende a un millón y medio de pesetas y el de un nicho a cien mil pesetas, mientras que en Bon Sosec los precios eran hasta cuatroveces superiores. Cuando Bon Sosec esté en manos del ayuntamiento, sus instalaciones serán ofrecidas a precios municipales.