Por lo que se refiere a las transferencias pendientes al País Vasco, que reclama insistentemente el Ejecutivo autonómico, Rajoy dijo a RNE que la voluntad del Gobierno es que se realicen, pero "ha de ser por acuerdo de las partes, no de manera unilateral".

"Una cosa es negociar las transferencias y otra ponere de acuerdo, porque las dos partes tienen que ceder; si no, es una imposición, hacer lo que uno quiere", dijo el vicepresidente, quien agregó que los partidos que integran el Gobierno vasco -PNV, EA e Izquierda Unida- han tomado una decisión "de extrema gravedad, con el apoyo tácito de Batasuna".

En cuanto a la petición de escolta por parte del párroco de Maruri (Vizcaya), Jaime Larrínaga, dijo no conocer ningún país de Europa donde los ciudadanos tengan que llevar escolta para que no les maten, y agegó que la responsabilidad de encontrar una solución es de los nacionalistas moderados, que llevan 20 años en el Gobierno y que a su juicio hacen más bien lo contrario.

En opinión del vicepresidente primero y portavoz del Ejecutivo, en el País Vasco "hay una dictadura, y es un hecho objetivo, porque hay una imposición de unos sobre otros, a los que pueden privar de la vida".