"Yo creo que en esos momentos", dijo Mosquera a Servimedia, "la ciudadanía española no entiende lo que está pasando en el País Vasco y no entiende, sobre todo, como la autonomá municipal en el País Vasco puede permitir el que tenga lugar un acto que es absolutamente repugnante. Es repugnante que se le haga un homenaje en una institución pública y democrática a un fascista, a un terrorita a una alimaña", dijo en relación al homenaje que se le va a rndir en Markina a Patxi Rementería.

"Esto la gente no lo entiene y empieza a pensar que los vascos han enloquecido, que los vascos son un problema y que a lo mejor lo que hay que hacer con los vascos es darles la independencia, y a mí eso me preocupa muchísimo. Estoy empezando a oir como el resto de los españoles, hartos, cansados, realmente enfadados, empiezan a pensar que lo que hay que hacer con el problema vasco es sacudírselo, y esa puede ser una situación que si ETA continúa haciendo de las suya y el poder público en el País Vasco no actúa, llegue a extenderse como una opinión generalizada, y eso es muy peligroso para aquellas personas que defendemos la libertad, la dignidad y todos los derechos individuales".

"Si a esto se le añade", agregó, "el que gente dice públicamente que se va, que tiene todo el derecho del mundo porque ya no puede más, creo que estamos ante un estado de excepción, que no siempre es el estado declarado por el Gobierno de una nación, a veces el estado de excepción se poduce porque a ese Gobierno de la nación o a ese fragmento de Gobierno de la nación que es el Gobierno vasco se le ha ido la situación de las manos".

"Y creo que la situación se ha ido de las manos en el País Vasco, y hay una impunidad y hay una impotencia que a todas luces indica que la democracia está vulnerada, y yo creo que está rota en el País Vasco, dijo Mosquera. "Creo que hay que empezar a hablar clara y llanamente de ruptura de la democracia en el País Vasco".

En su opinión, "lo que tendían que hacer los grandes partidos es buscar una fórmla de salvaciuón para apuntalar la democracia y para que todo el mundo sintiera el peso del Estado de Derecho, precisamente para impedir que el miedo sea al final el que mueva las decisiones, como la de ese alcalde de Markina, que en el fondo actúa como un superviviente".

"Yo le diría al alcalde de Markina y a todos aquellos que en estos momentos tienen miedo, que hoy con miedo no se puede estar en una insitución pública representando a los ciudaqdaos. Que lo más digno, lo más honorable que pueden hacer es reconocerlo y marcharse y dejar paso a aquellos que tengan la dignidad de defender lo que tienen que defender", concluyó.