Ibarretxe indicó, en declaraciones a la Ser, que los partidos políticos vascos son los que juzgarán si se dan o no las condiciones en las que se puede celebrar el referéndum, "en función de la existencia o no de violencia". "Para que una sociedad se pueda manifestar con absoluta libertad, tiene que ser en ausencia de violencia", agregó.

Según el "lehendakari", el proyecto que presentó el pasado viernes en el Parlamento autonómico es "moderno y oportuno" y tiene "posibilidades de recabar más apoyos que los que obtuvo en su día el Estatuto".

Su objetivo es "generar un debate abierto y sin vetos", en el que el suyo "es sólo un planteamiento, aunque", matizó, "es el único planteamiento de solución que en estos momentos existe sobre la mesa".

"El objetivo es la actualización de un pacto, de un modelo de convivencia, sin el cual no pdemos vivir. No podemos vivir como estamos, y por eso hay que poner sobre la mesa soluciones", dijo, antes de definir su propuesta como un "pacto de libre adhesión de Euskadi al Estado español para convivir una próxima generación".

Ibarretxe recordó que el Estatuto de Autonomía del País Vasco "fue votado por el 53 por ciento de la población vasca", resaltando que "fue un punto de encuentro muy deteriorado", en el que "el PP votó en contra, mientras que hoy se hace valedor del mismo".

SUPERAR EL 53% El presidente vasco mostró su esperanza en que con la nueva propuesta "podamos superar el espacio de aquel apoyo del 53 por ciento que en su día apoyaron el Estatuto". Para ello, pretende "ilusionar a la sociedad y a los partidos políticos", para que aporten sus distintos planteamientos.

Ibarretxe rebatió la afirmación de que éste no es el momento oportuno para plantear el plan, al existir el terrorismo, recordando que cuando se aprobaron el Estatuto o la Constitución la banda terrorista ETA tambin actuaba. "Se debe hacer política sin pedir permiso a ETA", apostilló.

Preguntado sobre cuándo vaticina que se dará esa situación de "ausencia de violencia", Ibarretxe respondió: "Me gustaría estar en ausencia de violencia mañana mismo. Si no tuviéramos unas ciertas dosis de ingenuidad, no iríamos a trabajar ninguno ningún día".

"Tampoco creo que debemos caer en el efecto sobredosis de la noche a la mañana, pero por qué no pensar que las cosas pueden ser diferentes en el futuro, que vamos a vivi en un espacio sin violencia, que somos capaces de alcanzar un acuerdo para convivir entre Euskadi y España", agregó.

"Soy por naturaleza optimista y hoy veo en la sociedad vasca, cuando hablo con la gente, que a la gente le brillan los ojos. La gente quiere terminar de una vez por todas con la barbaridad de la violencia de ETA y quiere terminar también de una vez por todas con la búsqueda de una normalización que está tardando excesivamente en llegar. Llevamos 200 años ya discutiendo de estas cuestioes y no somos capaces de ponernos de acuerdo entre Euskadi y España, y es fundamental que busquemos caminos para vivir juntos", concluyó.