Mayor Oreja e Ibarretxe se encontraban el sábado en Roma dentro de la delegación institucional española que iba a asistir al día siguiente a la canonización de la beata vasca María Josefa del Corazón de Jesús y otros 13 mártires más.

El secretario para las Relaciones con los Estados, Jean Louis Tauran, el llamado `ministro de Exteriores` de la Iglesia, les recibió ese mismo sábado y hablaron de la situación que vive el País Vasco.

Ayer, el portavoz de la Santa Sede, el español Joaquín Navarro Valls, así lo explicaba, y añadía que durante las dos entrevistas se analizaron "las perspectivas presente y futura sobre la deseada solución pacífica, así como la contribución que puede seguir ofreciendo la Iglesia Católca a esa solución".

Las fuentes consultadas reconocen que de esas palabras no cabe interpretar una propuesta de "mediación", como se hace hoy en los medios de comunicación, pero admiten a renglón seguido que los antecedentes (mediación de la Comunidad de San Egidio en 1998 y del obispo Uriarte durante la tregua de ETA de 1999), y el hecho de que las reuniones fueran por separado, dan pié a la especulación.

Todo ello, se argumenta desde el Gobierno, en un contexto de predominio mediático de Ibarrexe en Roma, que parecía conferirle carácter de parte en un conflicto que el Gobierno español considera un asunto interno.

A esto se ha referido esta tarde el portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasagasti, quien ha acusado al Ministerio de Asuntos Exteriores español de presionar a la Santa Sede para anular una entrevista que tenía previsto realizar Radio Vaticano a Ibarretxe.

El Ejecutivo da por zanjado el incidente de la mediación con las exlicaciones que ha ofrecido el Nuncio de la Santa Sed en España al ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, en las que le ha asegurado que "en ningún momento" se planteó esa hipótesis durante las entrevistas.

Además, a media tarde de hoy, Joaquín Navarro Valls ha asegurado que es "absurdo" sacar de sus palabras de ayer la conclusión de que El Vaticano se ha propuesto como mediador.

Otras fuentes conocedoras de los usos diplomáticos ratifican esa tesis con el argumento de que El Vaticano sabe que "uno no se propone de mediador, espera a que se l pidan las partes en conflicto porque, si no, su gestión está abocada al fracaso".

En cuanto al PNV, fuentes de este partido consultadas por Servimedia admiten que, más allá de que al Gobierno vasco le agrade, "no hay nada" de la supuesta mediación vaticana en estos momentos.