Al inicio de la rueda de prensa tras el habitual Consejo de Ministros de los viernes, el portavoz, Eduardo Zaplana, ha sido el encargado de leer un texto que comienza asegurando que el proyecto de los nacionalistas vascos "significa dar la razón y legitimar políticamente el terrorismo de ETA, cuyo objetivo declarado y permanente es destruir el marco de convivencia".

Se trata, añadió, d "una ruptura" del pacto de convivencia alcanzado por las fuerzas democráticas en el proceso de reforma política de 1977, tras la muerte el general Francisco Franco, y del posterior proceso constituyente de 1978.

Según el Ejecutivo, el texto del proyecto de ley que mañana va a aprobar el Gabinete vasco "choca frontalmente con la letra y el espíritu de la Constitución, tanto en lo que se refiere al contenido material cuanto al procedimiento".

El Gobierno insiste en que el proyecto de Ibarretxe es un proyecto de exclusión" para la mitad de los vascos y que sólo va a causar el "aislamiento y empobrecimiento" de la sociedad vasca. Se trata de conducir "a la sociedad vasca al abismo", leyó Zaplana en la declaración, "y se pretende sustraer del pueblo español su condición de sujeto único de la soberanía nacional".

Ante esta situación, añade el Gobierno en referencia a posibles recursos ante el Tribunal Constitucional y ante tribunales de lo contencioso administrativo, el Ejecutivo tomará "en cada mmento" las medidas oportunas para garantizar el respeto al ordenamiento constitucional.

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