Ardanza indicó que ha quedado demostrado que en el País Vasco hay un nacionalismo histórico muy arraigado que no tiene nada que ver con la violencia. "Eso hay que asumirlo tal como es y, a partir de esa realidad, habrá que empezar a construir", dijo el ex presidente vasco, quien agregó que descalificar al nacionalismo como se ha hecho desde los partidos constitucionalistas (PP y PSE) drante la campaña electoral "no conduce a nada".

Teniendo en cuenta que tanto los nacionalistas moderados como los constitucionalistas consiguen un número de escaños parecido, Ardanza afirmó que "lo más deseable sería que dejáramos pasar algún tiempo para que se vayan suturando y cerrando heridas, que se han podido ir abriendo a lo largo de los últimos tiempos, y (...) tratar de mirarnos nuevamente frente a frente, sin odios, sin resquemores".

"Vamos a respetarnos mutuamente", continuó. "Nuestra pesencia es importante, vuestra presencia es importante; no nos vamos a anular, luego sumemos fuerzas y tratemos de ver cómo entendernos en el futuro. Yo he tenido esa experiencia en mi forma de gobernar; creo que no nos resultó mal a los vascos y creo que a futuro tampoco sería malo".