En declaraciones a la prensa, Page comentó así los mensajes principales que está dejando el cónclave que los socialistas celebran este fin de semana en la ciudad de Sevilla, donde ministros y dirigentes del partido han denunciado públicamente la existencia de una “cacería humana” contra Sánchez y han criticado que los casos judiciales abiertos se basan “en falsedades y mentiras”.

Frente a este aparente cierre de filas para defenderse de las investigaciones judiciales contra el entorno de Pedro Sánchez, Page manifestó que “debemos evitar todo lo que signifique poner en cuestión el sistema constitucional e institucional que tenemos” y más aún teniendo en cuenta que “el PSOE es partido de Gobierno y además estamos gobernando”.

No obstante, puntualizó que “es legítimo poder pensar eso hacia dentro” si bien considera que “es preferible no ocupar ese papel de víctimas”. “El victimismo es el último recurso siempre de cualquier proyecto político y no sólo es el último recurso, sino que además el victimismo puede tener alguna lógica cuando va precedido de una dosis enorme de autocrítica”, sentenció.

Page añadió que, en el actual contexto político, “los españoles verían bien que en algún momento hacia fuera el PSOE pudiera decir que en algunas cosas nos podemos equivocar” porque “eso de entrada no solo es humano, sino que además puede pasar”.

Adujo que esa autocrítica precisamente “daría credibilidad" a la tesis de que las acusaciones contra los socialistas son "infundadas". A modo de ejemplo, añadió que desde su punto de vista “lo más complicado, lo más difícil, es tener que sacrificar o poner en riesgo valores esenciales de la izquierda y del PSOE al tener que pactar con gente como Junts, que son básicamente extrema derecha, encima independentista, en algunos aspectos xenófoba”.

También se quejó de “tener que rendir cuentas con una organización como Bildu” entre los socios parlamentarios esenciales en el Congreso de los Diputados para sacar adelante cualquier iniciativa.

Por último, negó que decir esto sea “repetir argumentos que manejan otras fuerzas políticas” porque la solución no pasa por “insultar más al PP”. “Yo sé que en España los insultos no dan votos. Hay gente que se especializa en insultar al contrario, al adversario. Yo de momento me he especializado en ganarle, que creo que les molesta más que los insultos”, apostilló.