Cuando se clonó a la famosa oveja "Dolly" en el Instituto Roslin de Edimburgo, expertos y público empezaron a temer que la técnica se aplicase a la clonación humana. No es lo que pretende el receptor de estas primeras patentes, el centro de investigación norteamericano Geron, que ya ha manifestado su intención de ayudar a los científicos a cultivar tejidos vivos que luego puedan ser utilizados en trasplantes de cartílago, hueso o músculo, según ha difundido la BBC.

L adquisición de esta patente se enmarca dentro de los más arduos intentos de las compañías por tener los últimos descubrimientos en el campo de la biología. Esta "fiebre del oro" ha sido muchas veces criticada por los que creen que estos hallazgos cruciales no deberían estar en manos de compañías o firmas particulares.