Carbonell, en declaraciones a Servimedia, manifestó que en un caso como este, "sería recomendable una sentencia más imaginativa orientada a la reeducación" de los menores implicados en el suicidio de este joven de 14 años que había sufrido durante meses el acoso de sus compañeros de clase.

Para Concapa, "la pena tiene que tener un efecto educativo que no se consigue con la libertad vigilada y sí se logra, por ejemplo, con asistencia a sesiones impartidas por educadores que hicieran entender a estos chicos cual ha sido el resultado de sus acciones".

El presidente de la asociación incidió en la responsabilidad del centro donde estudiaban los adolescentes condenados que, en su opinión, "tiene tanta o más culpa que ellos de la muerte de Jokin por no conocer y atajar la situación."

"Los profesores y directores del centro sí que son mayores de edad", continuó Carbonell, "y tienen la responsabilidad de velar por cuanto ocurra dentro de las paredes del instituto".