Díez Rojo señaló que los padres solicitan ayuda porque sus hijos, al aficionarse a Internet, dejan de hacer vida de familia y, "cuando llegan a casa, lo primero que hacen es conectarse a la red".

Los padres de estos adolescentes, que suelen tener entre 15 y 19 años, se quejan de que sus hijos "viven en casa como si lo hicieran en una residencia", prescindiendo por completo de las relaciones familiares, explicó.

Lo crioso de estos casos es que casi nunca suele llamar el 'internauta adicto' sino los familiares más cercanos. "En el tema de ludopatía, anorexia, alcoholismo u otros casos, es la persona afectada la que nos llama, pero esto no ocurre con los adictos a Internet", agregó.