EL PADRE DE LA FARMACEUTICA DE OOT CREE QUE EL LARGO CAUTIVERIO DEMUESTRA QUE LOS SECUESTRADORES NO ERAN PROFESIONALES
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Tomàs Feliu de Cendra, padre de la farmacéutica de Olot liberada el pasado domingo, manifestó hoy que, en su opinión, los secuestradores "no eran profesionales, sino amateurs", debido a la larga duración del cautiverio.
El padre de Maria Angels Feliu hizo estas declaraciones antes de que su hija respondiera en un hotel de Olot a cuestiones sobre su secuestro a preguntas de los peridistas, aunque quedaron descartadas las relacionadas con los dos procesados por el caso.
Tomàs Feliu, que agradeció todas las muestras de solidaridad demostradas hacia su hija y su familia, dijo sobre el secuestro que debía tratarse de aficionados, porque "decían que si hubiera sido alguna cosa de ETA no hubiera durado tanto".
Para el padre de Maria Angels Feliu, "los 16 meses están olvidados, con la presencia de mi hija nos quedamos tranquilizados al momento, ahora ya es historia". Sin embargo, amentó que "hayamos dejado de ser personas privadas para ser un poco públicas".
Durante su comparecencia en el hotel Riu de Olot ante un centenar de periodistas, acto que comenzó con casi una hora de retraso, la farmacéutica se mostró convencida de que el secuestro cambiará su vida a partir de ahora. "Ahora no se nota porque estoy cansada, pero mi forma de ser habrá cambiado", dijo.
En este sentido, se refirió a su relación con sus tres hijos, que tienen entre 3 y 6 años, y aseguró que piensa pasr más tiempo con ellos que antes.
No obstante, Maria Angels Feliu dio muestras de buen humor en algunas de sus respuestas y señaló sobre su experiencia que pensó que "era un culebrón". Asimismo, comentó que rezar le había ayudado mucho a soportar tanto tiempo encerrada. "Yo ya era creyente y recé mucho, pero no soy beata", añadió.
La farmacéutica declaró que no tuvo conciencia de que la habían liberado sus secuestradores "hasta que no estuve en la calle, no vi la luz y no sentí el aire fresco". El episodio de la gasolinera también fue destacado en sus respuestas: "Me dieron dos monedas de 100 y una de 25 para poder telefonear desde una cabina y cuando vi la máquina de la Coca-Cola puse una moneda de 100 y otra de 25. Entonces vino el empleado a ayudarme".
Maria Angels Feliu lanzó asimismo un mensaje de solidaridad a Anabel Segura, la joven de Madrid que aún permanece secuestrada, y la aconsejó que "no haga caso de lo que escuche por la radio y que rece".
(SERVIMEDIA)
31 Mar 1994
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