EL PADRE BLANCO, QUE SERA LIBERADO EN LAS PROXIMAS HORAS, SE ENCUENTRA "PERFECTAMENTE BIEN", SEGUN SUS FAMILIARES

MADRID/ZAMORA
SERVIMEDIA

Varios familiares del misionero claretiano Bernardo Blanco, que ha permanecido secuestrado desde el pasado 18 de marzo en Filipinas por un grupo musulmán escindido del Frente Moro de Liberación Nacional, confirmaron a Servimedia que se encuentra "perfectamente bien", tras haber sido puesto a disposición de los intermediarios.

Un portaoz de la Oficina de Información Diplomática (OID) aseguró hoy a esta agencia que todavía no han recibido confirmación de la entrega del misionero a las autoridades filipinas y al embajador español en el archipiélago, Herminio Morales.

Sin embargo, Herminia Gago, sobrina del misionero, explicó que esperan la liberación oficial en las próximas horas -hoy o mañana- en Zamboanga, donde también será puesto en libertad un niño nativo que permaneció secuestrado junto al religioso español.

Según HerminiaGago, su tío en ningún momento sufrió malos tratos por parte del grupo de secuestradores musulmanes que lo han retenido, que incluso "respetaron su religión y le permitieron hacer sus oraciones".

Herminia Gago dijo que, según los intermediarios que han mediado en el rescate, los secuestradores no habían pedido ninguna cantidad económica (algunas fuentes hablaban de hasta 500.000 dólares, unos 58 millones de pesetas). "Sólo pidieron alimentos y medicinas", afirmó.

Bernardo Blanco llegó a enviar almenos dos cartas en las que informó a los mediadores de su buen estado de salud. Entre éstos se encuentran representantes del Ministerio de Asuntos Exteriores, la embajada española en Filipinas, el Ministerio del Interior filipino, los misioneros claretianos e incluso altas autoridades religiosas musulmanas libias y de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

Por su parte, su hermano Jacinto Blanco, que reside en Zamora, aseguró a esta agencia que había pasado "muy malos ratos. En alguno momentos pensamos que iba a ser mucho peor". Ahora esperan su pronta llegada a España para descansar y ver a sus familiares.

El padre Blanco, de 65 años, ejercía como párroco en la localidad de Matarling, a unos 20 kilómetros de la ciudad de Isabela, y reside en este país desde hace 15 años.

(SERVIMEDIA)
19 Abr 1993
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