EL PADRE BLANCO AFIRMA QUE ASUMIO MORIR DEDE EL PRIMER DIA DE SECUESTRO

- "Está perfectamente, pero más delgado, porque se ha pasado andando toda la noche", dijo a Servimedia su hermana

MADRID/ZAMORA
SERVIMEDIA

El sacerdote español Bernardo Blanco, que ha permanecido en manos de dos grupos guerrilleros musulmanes durante 50 días, declaró esta tarde a Radio Nacional, tras su llegada a Manila, que se encontraba "cansado, pero bien", y que no ha tenido miedo a la muerte en estos casi dos meses. "Tenía asumido vivir o morir dsde el primer día del secuestro", dijo.

Varios familiares, que hablaron con el misionero esta mañana, declararon a Servimedia que se encuentra "perfectamente, aunque más delgado, porque se ha pasado toda la noche caminando".

Blanco aprovechó que sus secuestradores estaban dormidos para huir hacia el interior de la selva. Momentos antes, el sacerdote pidió permiso para ir a orinar y, al comprobar que la decena de guerrilleros que le vigilaban parecían dormidos, cogió su ropa y huyó.

LIGERO SUSTO Tras cuatro horas andando, según relató uno de los familiares, Blanco se encontró de cara con un nuevo grupo, a quienes saludó en musulmán por sospechar que pudieran ser sus captores. Los miembros del grupo le apuntaron entonces con sus armas con intención de disparar, por lo que el sacerdote se vio obligado a gritar: "Soy el padre Blanco".

Bernardo Blanco declaró a RNE que sus secuestradores no tenían miedo a un posible ataque del Ejército filipino, pese a las amenazas de anteayer del general Liandro Abadía, jefe del Estado Mayor del Ejército, que preparó una operación de rescate prevista para hoy.

"Siempre estaban hablando (los secuestradores) de que tenían más fuerza que el Gobierno", explicó Blanco, "y que estaban en ventaja por las condiciones del terreno".

Pese a un posible final trágico, el claretiano insistió en que "sabía que podían hacer cualquier cosa conmigo, sobre todo si mataban a alguno de los suyos; pero acepté desde el primer momento vivir o morir, porque mi entrega ha sdo completa para mis hermanos de aquí, de Filipinas".

Varias patrullas del Ejército filipino se dirigían esta tarde a la zona, según informaron fuentes militares filipinas, con la intención de proceder a la liberación de otros cuatro secuestrados, entre ellos un niño de corta edad que estaba encerrado a quince minutos de camino de donde permaneció Blanco.

"SOLO PIDIERON ALIMENTOS"

Estos 50 días de secuestro fueron casi más angustiosos para los familiares del padre Blanco en España que para el popio sacerdote. Su hermano Jacinto Blanco, que vive en la localidad natal de la familia, Cedea de Aliste (Zamora), afirmó a esta agencia que había pasado "muy malos ratos, especialmente tras ser secuestrado por segunda vez".

Herminia Gago, sobrina de Blanco, dijo que su tío no sufrió malos tratos, aunque en ocasiones le gritaron, y llegó a negar que el móvil del secuestro fuera el dinero. "Sólo pidieron alimentos y medicinas", dijo.

El primer grupo, que le secuestró cerca de su parroquia de Mataring, parece que solicitó como rescate unos 40 millones de pesetas y un equipo de radio, y entregó a Blanco a los guerrilleros escindidos del Frente Moro de Liberación Nacional al no conseguir su propósito.

(SERVIMEDIA)
06 Mayo 1993
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