Reportaje

Seguridad vial

La otra pandemia: cada 24 segundos muere una persona en el mundo por accidente de tráfico

- Hoy se celebra el día mundial en recuerdo de estas víctimas

MADRID
SERVIMEDIA Por Mario García

Cada 24 segundos fallece una persona en todo el mundo por un accidente de tráfico, que ocasiona 1,35 millones de víctimas mortales al año y es la principal causa de muerte de niños y jóvenes de 15 a 29 años. La carga recae de forma desproporcionada sobre peatones, ciclistas y motociclistas, en particular los que viven en países de ingresos bajos y medianos, donde mueren el 90% de las víctimas.

Así lo asegura Naciones Unidas con motivo del Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de los Accidentes de Tráfico, que se celebra cada tercer domingo de noviembre desde que así lo acordara la Asamblea General de la ONU en 2005.

Naciones Unidas pone el foco este año en la reducción de la velocidad para prevenir muertes y lesiones graves, en particular de peatones y demás usuarios vulnerables de la carretera, como niños, ancianos y personas con discapacidad.

“Cada 24 segundos un accidente de tráfico siega una vida. El Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tráfico es un momento para reflexionar sobre la trágica muerte de millones de personas”, apunta el secretario general de la ONU, António Guterres.

Según la ONU, más de la mitad de las muertes mundiales por siniestros de tránsito corresponden a peatones, ciclistas y motociclistas, los llamados usuarios vulnerables de la vía pública, término incorporado en España en 2019.

En estos tiempos convulsos por la pandemia de la Covid-19, conviene recordar que los siniestros viales son una pandemia desde que en 2004 la Organización Mundial de la Salud (OMS) los reconociera como un grave problema de salud pública y celebrara el Día Mundial de la Salud bajo el lema ‘La seguridad vial no es accidental’.

Y ello más de un siglo después de que Bridget Driscoll, de 44 años y madre de dos hijos, muriera atropellada en Londres el 17 de agosto de 1896 tras ser arrollada por un vehículo que circulaba a apenas 12 km/h. “Esto nunca debe volver a ocurrir”, declaró entonces el juez de instrucción del primer caso conocido de persona fallecida en un siniestro de tráfico. Sin embargo, ni el conductor ni la empresa para la que trabajaba fueron condenados porque la investigación determinó que esa muerte fue “accidental”, es decir, por casualidad o mala suerte.

Desde entonces, más de 50 millones de personas han perdido la vida por la violencia vial. "Esto es más que el número de muertes en la Primera Guerra Mundial o algunas de las peores epidemias", precisa Etienne Krug, director del Departamento de Determinantes Sociales de la Salud de la OMS.

“VÍCTIMAS DE SEGUNDA”

Con la pandemia de la Covid-19 permeando en todas las agendas mundiales, la pandemia de los siniestros viales, como tantas otras causas justas, corre el riesgo de quedar relegada pese a los avances de los últimos años.

Y ello después de que cerca de 1.700 delegados de unos 140 países adoptaron la Declaración de Estocolmo en febrero de 2020 -pocas semanas antes del estallido de la crisis sanitaria- como nuevo marco mundial en materia de seguridad vial, en el que queda recogida la apuesta por el límite de 30 km/h en los lugares donde se mezclen vehículos y usuarios vulnerables.

“Parece que somos víctimas de segunda, no salimos con nombres y apellidos en los informativos salvo en casos concretos. Parece que estamos en el anonimato y no se cuentan las historias que hay detrás”, apunta a Servimedia la directora de Aesleme (Asociación Española para el Estudio de la Lesión Medular Espinal (Aesleme), Mar Cogollos.

Aesleme nació en 1990, tres años después de que Cogollos sufriera un siniestro de tráfico por una distracción tras pasar un fin de semana en Valencia. El cinturón de seguridad le salvó la vida, pero el reposacabezas -que nunca había regulado- le causó una tetraplejia.

Cogollos tuvo el honor de formar parte de la delegación de asociaciones de víctimas de tráfico recibida este viernes por la reina Letizia en el Palacio de la Zarzuela. Era la primera vez que la Casa Real incluía en su agenda un acto de audiencia a representantes de esas entidades.

Ana Novella, presidenta de Stop Accidentes, coincide con Cogollos en que las de tráfico siguen sintiéndose “víctimas de segunda”, por lo que reclamó una Secretaría de Estado que englobe a todas las víctimas (trata de blancas, violencia de género, de odio, por siniestralidad vial, etc.) y un teléfono de atención a este colectivo en general.

Igualmente, recalca a Servimedia que el 90% de los siniestros pueden evitarse, por lo que no se trata de accidentes de tráfico. “Un accidente es casual y fortuito, y un siniestro es porque alguien ha incumplido la norma, se ha saltado un semáforo, ha mirado el móvil, ha conducido bajo los efectos del alcohol o las drogas, se ha saltado un stop…”, señala.

Novella perdió a su hijo Pablo cuando éste tenía cuatro años y estaba junto a su padre y su hermano en Valencia esperando a que cambiara el semáforo para cruzar un paso de peatones. Un joven sin carné de conducir mató a Pablo al subirse a la acera a una velocidad excesiva.

LA UE, REGIÓN SEGURA

La cifra de muertes globales por accidentes de tráfico pasó de 1,25 millones de personas en 2007 a 1,35 millones en 2018, año en que la OMS publicó su cuarto y último informe sobre seguridad vial en el mundo, y la referencia global más actual después de que la pandemia de la Covid-19 añadiera el año pasado un paréntesis a la siniestralidad en las carreteras.

En cuanto a los usuarios, los peatones y los ciclistas representan un 26% de todas las muertes por accidentes de tráfico (44% en África y 36% en el Mediterráneo oriental) y los motoristas y sus acompañantes un 28% de los fallecidos (43% en el sudeste asiático y 36% en el Pacífico occidental).

El riesgo de morir en un accidente de tráfico se triplica en un país pobre respecto de un país rico. Las tasas de mortalidad más altas se sitúan en África (26,6 fallecidos por cada 100.000 habitantes) y las más bajas en Europa (9,3). En comparación con el informe de 2015, tres regiones han mejorado: América, Europa y el Pacífico occidental.

La OMS sitúa a España como undécimo país del mundo más seguro en materia de seguridad vial, al registrar una tasa anual de 4,1 víctimas mortales por cada 100.000 habitantes. Y la UE es la región con mayor seguridad vial del planeta, con una media de 42 muertes en carretera por cada millón de habitantes en 2020, cuando el promedio mundial es de 180 personas fallecidas.

"Con casi 4.000 muertes menos en las carreteras de la UE en 2020 que en 2019, nuestras carreteras siguen siendo las más seguras del mundo. Sin embargo, estamos por debajo de nuestro objetivo para la última década y es necesaria una acción conjunta para evitar el retorno a los niveles anteriores a la Covid", apunta Adina Valean, comisaria de Transportes.

DECENIO 2021-2030

Por otra parte, Naciones Unidas califica de “cifras inaceptables” que los siniestros de tráfico puedan causar 13 millones de muertos y 500 millones de lesionados graves en la década entre 2021 y 2030 si no se actúa con mayor decisión en materia de seguridad vial.

Para cambiar esta situación, la ONU lanzó el pasado mes de octubre el Segundo Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2021-2030, que tiene el ambicioso objetivo de reducir al menos en un 50% las muertes y las lesiones por accidentes de tráfico al final de esta década.

Cogollos destaca que Naciones Unidas incluya “por primera vez” el objetivo de reducción de heridos graves, que se añade al indicador tradicional de personas fallecidas.

Las previsiones para la década entre 2021 y 2030 son desalentadoras si no se actúa con mayor decisión. Según Jesús Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de la Fundación Mapfre, el Segundo Decenio debe estar más orientado a la acción, con un “mayor compromiso político entre los países” y más importancia al control y a la reducción de los límites de velocidad.

"La pérdida de vidas y medios de subsistencia, las discapacidades causadas, el dolor y los costes financieros causados por los accidentes de tráfico se suman a un coste intolerable para las familias, las comunidades, las sociedades y los sistemas de salud", indica Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, quien añade: “Gran parte de este sufrimiento se puede prevenir haciendo que las carreteras y los vehículos sean más seguros, y promoviendo ir andando o en bicicleta con seguridad, y un mayor uso del transporte público”.

De hecho, van cobrando fuerza otros objetivos. La Dirección General de Tráfico (DGT) ultima una Estrategia Española de Seguridad Vial 2021-2030 que mencionará el hito a largo plazo de que ninguna persona resulte fallecida ni herida grave por accidente de tráfico en 2050.

“Apostamos por una movilidad segura, sostenible y saludable. Tenemos que hacer ciudades amigables donde convivamos todos y esto es una cadena en la que el más grande puede dañar al más pequeño. Llevo 31 años en Aesleme y los problemas son los mismos”, subraya Cogollos, quien agrega: “Ahora la gente se mueve de otra manera y va también en vehículos de movilidad personal. Hace falta mucha pedagogía para que la gente sea consciente de que un siniestro de tráfico, te muevas como te muevas, le puede ocurrir a cualquiera”.

Novella sentencia: “Ha ido descendido el número de víctimas, pero no podemos darnos por contentos ni por satisfechos con 1.370 personas fallecidas el año pasado en España teniendo en cuenta la reducida movilidad que hubo”.

(SERVIMEDIA)
21 Nov 2021
MGR/man/pai