El portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Rubén del Campo, hizo esas consideraciones en un acto en Madrid junto con la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en funciones, Teresa Ribera, durante el cual se presentó el resumen climático del verano y un avance de la predicción estacional para el otoño.

“Es muy destacable que vamos hacia un trimestre muy cálido. Y no digo cálido, digo muy cálido. En Meteorología hablamos de cálido, muy cálido o extremadamente cálido. Cuando hablamos de un otoño muy cálido, hablamos de que puede estar entre el 20% de los que mayor temperatura media tienen dentro de un periodo de referencia muy concreto”, destacó Del Campo.

No obstante, hay entre un 50% y un 70% de probabilidades de que el otoño sea más cálido de lo habitual en toda España.

SEQUÍA

En cuanto a las precipitaciones, la predicción estacional no está tan clara. “Paradójicamente, no nos podemos mojar tanto porque es un parámetro quizás más escurridizo en nuestras latitudes. Con uno o dos episodios muy lluviosos podemos tener el promedio de toda la estación”, precisó Del Campo.

No obstante, Del Campo subrayó que hay “una probabilidad mayor de que se trate de un otoño lluvioso, con lluvias por encima de lo normal en la mayor parte de España y, sobre todo, en el noroeste de la península”.

“Sería, si no hay lluvias torrenciales muy intensas, una buena noticia para atajar una sequía que al terminar el verano continuaba con nosotros”, apostilló.

Así, la Península Ibérica en su conjunto se encontraba a finales de agosto en situación de sequía meteorológica considerando las precipitaciones de los 12 meses previos, lo que ocurría en todas las cuencas de acumulación, salvo la del Tajo.

También existe una sequía meteorológica de larga duración -es decir, teniendo en cuenta las lluvias de los tres años anteriores- para el conjunto de la España peninsular y en todas las cuencas de acumulación salvo las del Júcar, Segura y Tajo.

En las cuencas del Guadalquivir y Guadiana se trata de la sequía más duradera desde al menos 1961, pues comenzó en 2016. “La sequía de los años 90 duró cuatro años y esta va por siete años. Lo que pasa es que esta no es tan intensa como aquella”, apuntó Del Campo.

Además, la cuenca de acumulación del Pirineo oriental es la más intensa desde el inicio de su serie histórica y la del Ebro, la segunda. “Nos estamos enfrentando a sequías más largas y con mayor dureza, con menor cantidad de precipitación”, concluyó el portavoz de la Aemet.