Concretamente, Greenpeace ha pedido al titular de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, y a la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, que insten a la Unión a destinar 35.000 millones de euros anuales para 2020 a la lucha contra el cambio climático en los países en desarrollo.

En su opinión, estos fondos deberían obtenerse mediante el establecimiento de un nuevo mecanismo financiero basado en la obligación de los estados de pagar por sus emisiones de CO2.

Con la figura del oso polar, la ONG ha querido simbolizar los impactos del cambio climático en el planeta. "Todos estamos expuestos a estos efectos pero, paradójicamente, las consecuencias más inmediatas y graves van a darse en los países que son menos responsables del problema, y a los que debemos apoyar económicamente", señaló Miguel Ángel Soto, de la campaña Bosques de Greenpeace.