"Queremos denunciar cómo la flexibilidad generalizada impuesta a los trabajadores y trabajadoras por las necesidades de producción y consumo está rompiendo la vida familiar", señala el manifiesto.

"La movilidad geográfica está impidiendo las relaciones familiares, culturales y sociales; la flexibilidad horaria impuesta está destruyendo el tiempo de vida familiar y social, dificultando la atención afectiva y formativa de los niños y niñas y el cuidado de las personas mayores", denuncian los sindicatos católicos.

Señalan como puntos positivos del último año en materia laboral el descenso del paro y el incremento de la afiliación a la Seguridad Social, así como la aprobación de la Ley de Igualdad y de Atención a la Dependencia.

Por el contrario, consideran que los aspectos negativos han sido la temporalidad, la siniestralidad laboral y la economía sumergida.

En este sentido, las tres organizaciones confían en que, en el futuro, "entre todos y todas, jóvenes y adultos, mujeres y hombres, creyentes o no, podremos poner las bases de una sociedad más justa para todos".