Xosé Manuel Beiras, del Bloque Nacionalista Galego (BNG), acusó al Ejecutivo regional de mantener paralizada la ejecución presupuestaria hasta conocer los resultados de las elecciones municipales, después de que diferentes miembros del PP "amenazaron con que no habra fondos si ganaba otro partido".

"Sospecho que el gobierno del PP", dijo, "aguardó a saber quién iba a gobernar en cada ayuntamiento para repartir los fondos y se gastaron el dinero que correspondía al porcentaje de municipios que ya gobernaba".

En su comparecencia parlamentaria, el consejero de Economía de la Xunta, José Antonio Orza, opinó que, pese a disponer sólo de seis meses para la ejecución del presupuesto (Fraga tomó posesión en febro de 1990), los niveles alcanzaron cuotas similares a as de años anteriores.

El portavoz de Coalición Galega resaltó, sin embargo, que a finales de año todavía quedaban 100.000 millones de pesetas pendientes de pago, lo que a su juicio resta argumentos al Gobierno de Fraga para reclamar mayores fondos en la negociación de un nuevo sistema de financiación autonómica.

Para Oujo, el bajo nivel de ejecución presupuestaria por parte de algunas consellerías se debe a la alta actividad política de algunos de los consejeros populares.