Este documento fue emitido por los jefes de Estado y de gobierno que participaron en la primera Cumbre Iberoamericana, celebrada en Guadalajara (Méjico) los pasados 18 y 19 de julio. El embajador mejicano, Jorge Montaño, había solicitado a la ONU que asumiese la declaración y la distribuyera.

Además de sentar las bases de un nuevo diálogo en materia de cooperación económica, desarme, protección ambiental y luchacontra el narcotráfico, los países participantes en la primera Cumbre Iberoamericana, entre ellos España, se comprometieron a luchar para liberar a sus pueblos de la miseria antes del siglo XXI.

También acordaron promover el fortalecimiento de la democracia y del pluralismo en las relaciones internacionales y fomentar la protección de los derechos humanos.

Para el embajador mejicano, lo más destacable de esta cumbre es que ha permitido sentar las bases de una cooperación "extraordinariamente impotante para todos".

Montaño destacó el importante papel que pueden jugar España y Portugal, ya que, "como miembros de la CE, tienen posibilidad de ser puentes y enlaces para dar salida o entrada a productos provenientes de América Latina".

Para alcanzar los objetivos fijados en la Declaración de Guadalajara, los líderes de los países latinoamericanos y de España y Portugal acordaron reunirse anualmente. Los próximos encuentros tendrán lugar en España, en 1992, y posteriormente en Brasil, ColombiaArgentina.