Ese formidable incremento del cultivo de opio, sustancia base para la producción de heroina, ha convertido a Afganistán en el suministrador del 92% del opio mundial en el presente ejercicio.

En Helmand, una provincia del sur donde se han recrudecido los ataques de los talibanes contra el Ejército afgano y las fuerzas internacionales que le apoyan, la superficie de opio cultivado aumentó un 162%.

El director de la UNODC, Antonio Maria Costa, señaló que Afganistán "está cada vez más enganchado a esta droga" y apuntó que los talibanes animan a los agricultores a cultivar el opio a fin de que eso provoque una respuesta represiva del Gobierno de Kabul, lo que, a su vez, se traduce en nuevos reclutas para las milicias talibanes.

No obstante, Costa también admitió que la corrupción juega un papel importante en la creciente extensión de los cultivos de droga, ya que el dinero del narcotráfico ha comprado voluntades de gobernadores, policías, militares y adminitradores provinciales.