Lo hizo durante el debate de la constitución de la oficialmente llamada comisión para el control de gastos reservados, donde, en un tono cada vez más encendido, atacó a quien dio en llamar “la Dolores Delgado del Congreso”, por su supuesta ruptura de la separación de poderes: entre el Ejecutivo y el Judicial en el caso de la Fiscal General del Estado, y entre el Ejecutivo y el Legislativo en el caso de Batet.

Olona interpretó que, al haber cambiado la mayoría necesaria para constituir la comisión de secretos, pasando de tres quintos a absoluta para que el PP no pudiera vetar la designación de vocales independentistas, lo ha hecho “rindiendo esta Cámara” y “aniquilando la separación de poderes”.

Batet contestó a Olona sugiriéndola que, si no había “encontrado motivación” para hacer una intervención que respetara a la Cámara y al decoro, al menos “podía haber tenido un mínimo de decencia y no atacar a la única persona que no puede intervenir en el debate”: ella misma. La mayoría de los grupos parlamentarios se pusieron en pie para ovacionar esta respuesta.