Así lo señaló Oliu en un encuentro con accionistas del banco en Barcelona en el que hizo esta referencia al anuncio de BBVA esta semana de ajustar la oferta de canje para entregar un título a cambio de 5,0196 del Sabadell y 0,29 euros en metálico -el importe del dividendo que BBVA repartirá la próxima semana-.

Sobre el efecto de los dividendos, el consejero delegado del Banco Sabadell, César González-Bueno, defendió que resulta negativa para los accionistas de la entidad porque “nos empeoran la ecuación de canje en ocho céntimos por el nuestro y nos devuelven seis”.

Oliu, quien consideró que “el mercado nos ha venido a dar la razón a los motivos por los que el consejo rechazó la opa”, señaló que la valoración por BBVA de la acción del Sabadell ha pasado de 2,22 euros al inicio de la opa a 1,84 euros ahora por la volatilidad de las acciones de ambas entidades.

A este respecto, explicó que la acción del Sabadell ha subido, dado que el banco tiene el 85% de su negocio en España, y la del BBVA ha bajado porque posee el 60% en México, mercado en el que se ha depreciado.

Por otro lado, aunque Oliu afirmó que el banco resultante de la unión de ambos tendría “solvencia”, después del visto bueno del Banco de España y el Banco Central Europeo (BCE), apuntó que es “interesante” lo que decidan la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que evaluarán la oferta desde otro punto de vista.

En este sentido, el presidente del Sabadell destacó que para las empresas de dos a diez millones de euros de facturación, “el hecho de pasar de cuatro bancos a tres tiene unos efectos demoledores en la oferta de crédito y puede tener efectos demoledores en el futuro en el desarrollo de estas empresas”. Así, confió en que la operación se estudie más a fondo en segunda fase por la CNMC.

En esta línea, advirtió de que la opa ha tenido “una reacción social muy negativa” entre las asociaciones empresariales, el propio Gobierno, la oposición, los gobiernos regionales, que, según Oliu, “se manifestaron muy contrarios por un tema de competencia”.

Avisó de que el proceso será largo y puede prolongarse hasta mediados del próximo ejercicio 2025. Se remitió a la experiencia previa en este tipo de operaciones para señalar que lo normal sería que el pronunciamiento de la CNMV fuese posterior al de la CNMC para que los accionistas tuvieran toda la información encima de la mesa. “Nos enfrentamos a muchos meses de incertidumbre, y tanto los tiempos como las decisiones en materia de competencia serán muy relevantes”, resumió.

CASO VILLAREJO

Oliu también cuestionó que la CNMV considere que la información aportada por BBVA para lanzar la opa sea suficientemente transparente al omitir el posible impacto negativo del juicio penal abierto contra la entidad por el Caso Villarejo o por no tener en cuenta el efecto en la operación de si se produce o no fusión entre ambos bancos, así como sobre los costes de restructuración.

Asimismo, respaldó la labor realizada por González-Bueno desde su llegada a la entidad y recordó que el consejo del banco rechazó la fusión propuesta por BBVA. “Tengo confianza en el proyecto y en el equipo directivo del banco liderado por César”, aseguró.

“Ha realizado un trabajo extraordinario”, afirmó Oliu, quien recordó que su encargo fue redefinir la estrategia del banco. En este sentido, valoró que gracias a González-Bueno el Sabadell tiene una ratio de capital y una rentabilidad superiores al 13%. “Son cifras de resultados notables”, concluyó.

Por último, en relación con la opa, afirmó que “un proyecto empresarial que no hace ilusión a nadie es un gran candidato a que se caiga” provocando la pérdida de clientes frente a los competidores como el Banco Santander o CaixaBank.