Así lo advirtió este jueves en un comunicado en el que confirmó que ha denunciado esta circunstancia ante la Red de Cooperación para la Protección de la Persona Consumidora (CPC), dependiente de la Comisión Europea.

Tal y como recoge dicha denuncia, son “numerosos” los casos de sillas para el coche con una homologación “antigua (ECE R44-04), cuya venta está prohibida, o incluso sin homologación”, lo que, a su juicio, “supone un riesgo grave para el menor en caso de accidente”.

“Es más, si la silla no está homologada, el seguro del vehículo podría reducir la cobertura de los daños personales sufridos, aduciendo la prohibición de su uso como sistema de retención infantil en el automóvil”, añadió.

SEGUNDA MANO

OCU aprovechó esta denuncia para recordar, además, el “riesgo” de adquirir una silla de coche de segunda mano estas navidades, aun cuando dispongan de la actual homologación (ECE 129), que garantiza una mayor protección al menor, ya que el comprador “desconoce si ha podido sufrir algún impacto previamente”, lo que, puntualizó, “sin duda, reduce su seguridad”.

Junto a ello, precisó que una silla de segunda mano “no tiene por qué ser más barata que una silla nueva” y recordó que sus análisis comparativos revelan que hay modelos “nuevos, perfectamente seguros, por poco más de 50 euros”.

En este contexto, recomendó optar por un modelo nuevo con una “buena relación calidad precio”, así como “verificar” que dispone de la actual homologación europea (ECE 129) y comprobar que se adapta al peso o la altura del niño.

“Luego, una vez instalada en el vehículo, es igualmente importante observar que el cinturón queda bien puesto, apoyado en el hombro del niño, no en el cuello, y fijado sobre las caderas, no en el estómago, con una holgura de uno o dos dedos sobre el cuerpo”, apostilló.