Según la OCU, los fabricantes "olvidan el compromiso que tienen con la seguridad del consumidor, y utilizan en su composición sustancias como el BADGE y el BFDGE, que son resinas que pueden resultar nocivas para el consumidor".

El problema, añade la asociación, se agrava para el consumidor por la "migración" (el paso de las partículas de la cobertura interior del envase a los alimentos), hecho que constituye unproceso potencialmente peligroso para la salud".

La OCU explica que el problema de la "migración" de la cobertura ha sido objeto de estudio por parte de cinco asociaciones de consumidores europeas, que han podido comprobar la magnitud del problema gracias a un estudio realizado sobre 409 latas de conserva de distinto tipo adquiridas en cada uno de estos países, de las cuales 77 se habían comprado en España.

Del estudio se desprende que en un 70% de los productos examinados el contenido de las lats presenta "un grado de contaminación inaceptable", y además se refleja que las conservas de pescado, presentan un índice de "migración" más elevado.

Finalmente, el estudio de la OCU pone de relieve la "impunidad" con que los fabricantes abordan esta situación irregular, sin tener reparos a recurrir a productos no evaluados toxicológicamente.

La OCU exige que las autoridades sanitarias realicen estudios de toxicidad y promulguen una reglamentación clara, que establezca controles estrictos en las atas de conserva.