Según la OCU, estos falsos inspectores, ue trabajan para la empresa Gas Natural Ciudad-Butano, S.A., envían a los usuarios de gas butano una tarjeta de color naranja, en la que informan del día que pasarán a revisar las instalaciones.

El día indicado en la tarjeta se presentan en los domicilios para revisar las gomas del gas, que cambian sistemáticamente, solicitando después al consumidor que le abone entre 1.500 y 2.000 pesetas por la instalación de la nueva goma, explica la OCU.

Esta organización de consumidores asegura que los tubospuestos por los operarios de esta empresa no son los correctos, por lo que una posterior inspección de Repsol Butano obligará a cambiar nuevamente las gomas.

MULTADA CON MEDIO MILLON

Gas Natural Ciudad-Butano, S.A. fue multada en 1990 con 500.000 pesetas, como consecuencia de una denuncia presentada por la OCU ante la Dirección General de Industria en septiembre de 1989, después de ser alertada por varios consumidores. Industria comprobó que la empresa estaba dada de alta y que tenía un instalador atorizado y dos operarios.

Según la OCU, pese a la denuncia y la multa, la empresa sigue actuando y engañando a los usuarios como si fueran inspectores de Repsol Butano.

La OCU pide a la Administración que declare ilegales este tipo de compañías "piratas", porque, a su juicio, "aunque pueden ofrecer sus servicios, no pueden imponerlos ni siquiera por medio de un sutil lenguaje en su propaganda".

Por todo ello, la OCU aconseja a los consumidores que impidan el paso a sus domicilios a estos falos inspectores, al tiempo que recuerda que las inspecciones de gas butano sólo puede hacerlas Repsol Butano por medio de personas debidamente acreditadas.

Además, según esta organización de consumidores, los inspectores de Repsol Butano se limitan a decir los cambios que hay que realizar en las instalaciones, si son necesarios, sin cobrar nada por su trabajo.